Evangelio Martes 27 de Mayo de 2025
Pedro pregunta a Jesús qué recibirán por seguirlo, y Él promete el ciento por uno con persecuciones y la vida eterna. Jesús anuncia su Pasión y resurrección, contrastando con la ambición de Jacobo y Juan, quienes buscan honores. Él enseña que la verdadera grandeza está en servir, dando su vida como ejemplo.
EVANGELIO DEL DÍA
5/27/20254 min leer


Evangelio del día – Martes 27 de mayo de 2025
Marcos Capítulo 10, Versículos 29 al 45
«Entonces Pedro comenzó a decirle: “Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.” Jesús respondió: “En verdad os digo que nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con persecuciones, y en la edad venidera, la vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos primeros.” Subían a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos; ellos estaban asombrados, y los que lo seguían tenían miedo. Tomó de nuevo a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: “Mirad, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles; se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.” Se le acercaron Jacobo y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que te pidamos.” Él les dijo: “¿Qué queréis que os haga?” Ellos le respondieron: “Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda.” Jesús les dijo: “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo he de ser bautizado?” Ellos contestaron: “Sí, podemos.” Jesús les dijo: “El cáliz que yo he de beber lo beberéis, y con el bautismo con que yo he de ser bautizado seréis bautizados; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está preparado.” Al oír esto, los otros diez comenzaron a indignarse contra Jacobo y Juan. Jesús los llamó y les dijo: “Sabéis que los que parecen gobernar las naciones las tiranizan, y que sus grandes las oprimen. No ha de ser así entre vosotros. Al contrario, el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser el primero, que sea esclavo de todos. Porque ni siquiera el Hijo del Hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.”»
Reflexión profunda
La recompensa de seguir a Jesús
Pedro, con su sinceridad habitual, pregunta a Jesús qué recibirán por haberlo dejado todo para seguirlo. Jesús responde con una promesa asombrosa: quienes sacrifican por Él y por el Evangelio recibirán el ciento por uno, no solo en la vida eterna, sino también en esta tierra, aunque con persecuciones. Es un recordatorio de que el seguimiento de Cristo no elimina las dificultades, sino que transforma los sacrificios en bendiciones.
El anuncio de la Pasión
Mientras suben a Jerusalén, Jesús adelanta a sus discípulos el sufrimiento que lo espera: traición, humillación y muerte, pero también la resurrección. Este anuncio contrasta con la ambición de Jacobo y Juan, quienes piden lugares de honor, mostrando cuán poco entendían el camino de Jesús. Nos invita a reflexionar: ¿Buscamos gloria personal o estamos dispuestos a cargar la cruz con Él?
El servicio como grandeza
La petición de Jacobo y Juan provoca indignación entre los demás, pero Jesús transforma el momento en una lección: la verdadera grandeza no está en dominar, sino en servir. Él, el Hijo del Hombre, se presenta como ejemplo, viniendo a dar su vida por todos. ¿Cómo podemos vivir este llamado al servicio en nuestra vida diaria, poniendo a los demás antes que a nosotros mismos?
El cáliz de la entrega
Cuando los discípulos afirman que pueden beber el cáliz de Jesús, Él les asegura que lo compartirán, pero los lugares de honor dependen de la voluntad del Padre. Este “cáliz” simboliza el sufrimiento y la entrega total, un camino que todos los que siguen a Cristo están llamados a recorrer. ¿Estás dispuesto a aceptar este cáliz con fe y esperanza?
Lectio Divina paso a paso
1. Lectura (Lectio)
Lee Marcos 10, 29-45 con calma, en voz alta si puedes. Encuentra el texto completo en la descripción de este capítulo. Subraya las frases que resuenen en tu corazón. Por ejemplo: “El que quiera ser grande, que sea vuestro servidor” o “Dar su vida en rescate por muchos.”
Pregúntate:
¿Qué siento al pensar en dejarlo todo por seguir a Jesús?
¿Dónde puedo practicar el servicio en mi vida hoy?
2. Meditación (Meditatio)
Reflexiona en la promesa de Jesús: “Recibiréis el ciento por uno.” ¿Qué significa para ti sacrificar algo por el Evangelio?
Piensa en el “cáliz” de Jesús: ¿Qué sacrificios te está pidiendo asumir en este momento?
Imagina a Jesús sirviendo a los demás y pregúntate: ¿Cómo puedo imitarlo hoy?
3. Oración (Oratio)
Realiza una oración espontánea como esta:
“Jesús, gracias por enseñarme que la grandeza está en servir. Ayúdame a beber tu cáliz con amor, a dejar atrás mi egoísmo y a seguirte con generosidad. Que mi vida sea un reflejo de tu entrega.”
4. Contemplación (Contemplatio)
Silencio ante el misterio. Repite en tu corazón: “El Hijo del Hombre vino a servir.”
Deja que esta verdad transforme tu forma de ver el servicio y la entrega.
5. Acción (Actio)
Hoy, realiza un acto concreto de servicio hacia alguien, por pequeño que sea.
Escribe una intención por alguien a quien puedas ayudar esta semana.
Comparte con alguien esta enseñanza: “Ser grande es servir como Jesús.”
rase para el día
“Jesús, que mi corazón aprenda a servir como tú, haciendo de mi vida un regalo para los demás.”
Que esta jornada esté marcada por el deseo de seguir a Cristo en el camino del servicio y la entrega