Evangelio Martes 3 de Junio de 2025

Los fariseos intentan atrapar a Jesús con una pregunta sobre el tributo al César. Jesús responde sabiamente: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.” Esta enseñanza destaca la prioridad de Dios sobre las obligaciones terrenales.

EVANGELIO DEL DÍA

6/3/20253 min leer

Evangelio del día – Martes 3 de junio de 2025
Mateo Capítulo 22, Versículos 15 al 21

«Entonces los fariseos se retiraron y planearon cómo atraparlo con sus propias palabras. Enviaron a sus discípulos junto con los herodianos, quienes le dijeron: “Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad, y no te dejas influir por nadie, porque no miras la apariencia de las personas. Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito pagar tributo al César, o no?” Pero Jesús, conociendo su malicia, respondió: “¿Por qué me ponéis a prueba, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo.” Y le presentaron un denario. Él les preguntó: “¿De quién es esta imagen y esta inscripción?” Le contestaron: “Del César.” Entonces les dijo: “Dad, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.”»

Reflexión profunda

La trampa de los fariseos
En este pasaje, los fariseos intentan atrapar a Jesús con una pregunta capciosa sobre el tributo al César, buscando acusarlo de deslealtad o herejía. Jesús, con su sabiduría divina, desenmascara su hipocresía y responde con una verdad que trasciende el dilema. Nos invita a reflexionar: ¿Cómo enfrentamos las trampas o dilemas que nos presenta el mundo?

La sabiduría de Jesús
Jesús, al pedir la moneda y preguntar por la imagen del César, no cae en la trampa, sino que eleva la discusión a un nivel espiritual. Su respuesta, “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios,” nos enseña a vivir en el mundo sin perder de vista nuestra lealtad a Dios. ¿Cómo equilibras tus responsabilidades terrenales con tu compromiso espiritual?

La prioridad de Dios
La respuesta de Jesús nos recuerda que, aunque debemos cumplir con nuestras obligaciones civiles, nuestra devoción última pertenece a Dios. Todo lo que somos lleva la “imagen” de Dios, por lo que debemos entregarnos completamente a Él. ¿Qué aspectos de tu vida necesitas devolver a Dios con mayor plenitud?

La hipocresía desenmascarada
Jesús llama “hipócritas” a los fariseos porque su pregunta no busca la verdad, sino manipular. Este pasaje nos desafía a examinar nuestras intenciones: ¿Son nuestras palabras y acciones sinceras, o buscamos impresionar o manipular a los demás? La autenticidad es clave en nuestra relación con Dios y con los demás.

Vivir en dos mundos
La enseñanza de Jesús nos invita a vivir con responsabilidad en el mundo, pero sin olvidar que nuestro verdadero hogar está en Dios. Nos llama a ser ciudadanos del mundo y del cielo al mismo tiempo, dando a cada uno lo que le corresponde. ¿Cómo puedes vivir esta dualidad con coherencia y amor?

Lectio Divina paso a paso

1. Lectura (Lectio)
Lee Mateo 22, 15-21 en voz alta, despacio. Puedes encontrar el texto en la descripción de este capítulo. Subraya las frases que más te impacten. Ejemplo: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.”

Pregúntate:
¿Qué siento al escuchar la respuesta sabia de Jesús?
¿En qué áreas de mi vida necesito priorizar a Dios por encima de lo terrenal?

2. Meditación (Meditatio)
Profundiza en la frase: “Dad a Dios lo que es de Dios.” ¿Qué significa esto para tu vida diaria?
Reflexiona: ¿Hay hipocresía en tus intenciones que debas examinar?
Imagina a Jesús diciéndote: “Sé auténtico y da a Dios tu corazón entero.”

3. Oración (Oratio)
Realiza una oración espontánea como esta:
“Jesús, gracias por tu sabiduría que me guía. Ayúdame a darte a ti lo que es tuyo, mi amor y mi vida entera. Enséñame a vivir con autenticidad y lealtad a ti.”

4. Contemplación (Contemplatio)
Silencio ante el misterio. Puedes repetir: “Dad a Dios lo que es de Dios.”
Deja que esta verdad te inspire a priorizar a Dios en todo.

5. Acción (Actio)
Hoy, identifica una responsabilidad terrenal y cumple con ella, pero también dedica un momento especial para Dios.
Escribe una intención para ser más auténtico en tu fe.
Comparte con alguien esta enseñanza: “A Dios le debemos nuestro corazón entero.”

Frase para el día
“Jesús, que mi vida sea un regalo para Dios, dándole lo que es suyo con amor.”