Evangelio Miércoles 28 de Mayo de 2025
Bartimeo, un ciego mendigo, clama con fe a Jesús pidiendo misericordia, y tras arrojar su manto, recibe la vista por su confianza. Jesús le dice que su fe lo ha salvado, y Bartimeo decide seguirlo como discípulo. Este relato nos invita a clamar con valentía y caminar con Cristo tras recibir su gracia.
EVANGELIO DEL DÍA
5/28/20253 min leer


Evangelio del día – Miércoles 28 de mayo de 2025
Marcos Capítulo 10, Versículos 46 al 52
«Llegaron a Jericó. Y al salir de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, Bartimeo, un mendigo ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. Al enterarse que era Jesús de Nazaret quien pasaba, comenzó a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba aún más: “¡Hijo de David, ten misericordia de mí!” Jesús se detuvo y dijo: “Llamadlo.” Llamaron al ciego y le dijeron: “Ánimo, levántate, que te llama.” Él, arrojando su manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?” El ciego le respondió: “Rabbuní, que vea.” Jesús le dijo: “Vete, tu fe te ha salvado.” Y al instante recobró la vista y lo seguía por el camino.»
🕊️ Reflexión profunda
El grito de la fe
Bartimeo, un mendigo ciego, nos enseña lo que significa clamar con fe. A pesar de su marginación y de las voces que intentan silenciarlo, no se rinde y grita con todo su ser: “Hijo de David, ten misericordia de mí.” Su clamor no es solo un pedido de ayuda, es un acto de confianza absoluta en Jesús. ¿Cuántas veces nuestras propias limitaciones o el rechazo de los demás nos han hecho callar nuestro anhelo de Dios?
La respuesta de Jesús
Jesús, al escuchar el grito de Bartimeo, no pasa de largo. Se detiene, lo llama y le pregunta: “¿Qué quieres que haga por ti?” Esta pregunta no es casual; Jesús quiere que Bartimeo exprese su deseo más profundo. Nos muestra que Dios siempre escucha, siempre se detiene ante nuestro clamor, pero también nos invita a ser específicos en nuestra oración. ¿Qué le pedirías a Jesús si te hiciera esa pregunta hoy?
El salto de la esperanza
La reacción de Bartimeo es conmovedora: arroja su manto, da un salto y se acerca a Jesús. Ese manto era probablemente su única posesión, su refugio, pero él lo deja atrás sin dudar. Es un símbolo de desprendimiento, de dejar lo que nos limita para correr hacia la salvación. ¿Qué “manto” necesitas arrojar para acercarte más a Jesús con libertad?
La fe que salva
Jesús no solo le devuelve la vista a Bartimeo, sino que le dice: “Tu fe te ha salvado.” La curación física es solo el comienzo; la verdadera sanación es espiritual. Bartimeo, al recuperar la vista, decide seguir a Jesús por el camino, convirtiéndose en un discípulo. La fe que lo llevó a clamar lo lleva ahora a un compromiso total. ¿Cómo puede tu fe transformarte en un seguidor más fiel de Cristo?
Seguir el camino
El detalle final es poderoso: Bartimeo “lo seguía por el camino.” No se conforma con recibir el milagro y volver a su vida anterior; elige caminar con Jesús. Este Evangelio nos desafía a preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a seguir a Jesús después de experimentar su amor, o nos quedamos solo con el regalo, olvidando al Dador?
📖 Lectio Divina paso a paso
1. Lectura (Lectio)
Lee Marcos 10, 46-52 en voz alta, despacio. Puedes encontrar el texto en la descripción de este capítulo. Subraya las frases que más te impacten. Ejemplo: “Tu fe te ha salvado.”
Pregúntate:
¿Qué siento al imaginar a Bartimeo gritando con fe a pesar de las dificultades?
¿Hay algo en mi vida que necesito pedirle a Jesús con la misma confianza?
2. Meditación (Meditatio)
Profundiza en el gesto de Bartimeo al arrojar su manto. ¿Qué representa para ti “arrojar el manto” en tu vida espiritual?
“¿Qué quieres que haga por ti?”: Si Jesús estuviera frente a ti, ¿qué le pedirías?
Imagina a Jesús diciéndote: “Tu fe te ha salvado.” ¿Qué sanación necesitas en este momento?
3. Oración (Oratio)
Realiza una oración espontánea como esta:
“Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí. Enséñame a clamar con la fe de Bartimeo, a dejar atrás mis miedos y a correr hacia ti con esperanza. Que mi fe me lleve a seguirte con un corazón renovado.”
4. Contemplación (Contemplatio)
Silencio ante el misterio. Puedes repetir: “Tu fe te ha salvado.”
Deja que esta verdad penetre en tu corazón, trayendo paz y confianza.
5. Acción (Actio)
Hoy, identifica un área de tu vida donde necesites clamar a Jesús con más fe.
Escribe una breve oración pidiendo algo específico que desees sanar o transformar.
Comparte con alguien esta esperanza: “Jesús siempre escucha nuestro clamor.”
🕊️ Frase para el día
“Jesús, que mi fe me lleve a clamar con valentía y a seguirte con un corazón libre.”
Que esta jornada esté marcada por la confianza en el poder sanador de Cristo y la alegría de caminar a su lado.