Evangelio Sábado 24 de Mayo 2025
Jesús revela el poder de orar en su nombre, asegurando respuesta del Padre y gozo completo. Anuncia que pronto hablará con claridad sobre el Padre, quien los ama directamente. Afirma su origen divino y su retorno al Padre, base de toda oración eficaz.
EVANGELIO DEL DÍA
5/25/20253 min leer


Evangelio del día – Sábado 24 de mayo de 2025
*Juan 16, 23b-28*
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré claramente del Padre. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre.»
Reflexión profunda
Jesús, en este pasaje, desvela el misterio de la oración auténtica: un diálogo de amor y confianza con el Padre, mediado por Él. No se trata de fórmulas mágicas ni de meras peticiones egoístas, sino de una comunión filial donde el creyente, unido a Cristo, participa de la misma relación que Jesús tiene con el Padre.
El poder del nombre de Jesús
Cuando Jesús dice "pedid en mi nombre", no se refiere a una fórmula verbal, sino a identificarse con su voluntad, su amor y su entrega. Orar "en su nombre" es alinearse con su corazón, es desear lo que Él desea. Por eso, la promesa "os lo dará" no es un cheque en blanco, sino la seguridad de que el Padre responderá con lo que nos lleve a la plenitud, aunque no coincida con nuestros planes limitados.La claridad de la revelación
Jesús anuncia que llegará el momento en que ya no hablará en parábolas, sino "claramente del Padre". Esto se cumple en Pentecostés, cuando el Espíritu Santo ilumina a los discípulos para entender que Dios no es un juez distante, sino un Padre que ama. La oración cristiana nace de esta certeza: no rogamos a un Dios indiferente, sino al que ya nos ama antes de que abramos la boca.El amor como fundamento
La frase "el Padre mismo os ama" es revolucionaria. Jesús no necesita "convencer" al Padre de que nos escuche; el amor del Padre por nosotros es previo y eterno. Nuestra fe en Cristo nos inserta en este círculo trinitario: el amor del Padre al Hijo, el amor del Hijo a nosotros, y nuestro amor que vuelve al Padre.La alegría colmada
La oración no termina en la petición, sino en el gozo de la comunión. Jesús no promete bienes materiales, sino una alegría que nace de saberse amado y escuchado. Este gozo es anticipo del cielo, donde ya no habrá necesidad de pedir, porque estaremos en la presencia directa del Amor.
Lectio Divina paso a paso
1. Lectura (Lectio)
Lee Juan 16, 23b-28 en voz alta, despacio.
Subraya las frases que más te impacten. Ejemplo: "Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado".
Preguntas:
¿Qué emoción despierta en ti la idea de que el Padre te ama directamente?
¿Has experimentado alguna vez la diferencia entre "pedir" y "pedir en el nombre de Jesús"?
2. Meditación (Meditatio)
Profundiza en la relación entre oración y amor.
"El Padre mismo os ama": ¿Vives tu oración como un diálogo con un Padre, o como un rito a un Dios lejano?
¿Qué deseos tuyos necesitas purificar para alinearlos con la voluntad de Dios?
Imagina a Jesús diciéndote: "Tu alegría está en recibir lo que el Padre ya quiere darte".
3. Oración (Oratio)
Oración espontánea:
"Padre, hoy entiendo que no necesito gritar para que me escuches. Tú me amas como amas a Jesús. Enséñame a pedir con confianza, a aceptar tu respuesta con paz, y a vivir en la alegría de saberme siempre en tus manos. Que mi oración no sea un reclamo, sino un abrazo".
4. Contemplación (Contemplatio)
Silencio ante el misterio. Repite: "El Padre mismo me ama".
Deja que esta verdad calle en tu corazón hasta disipar miedos o desconfianzas.
5. Acción (Actio)
Concreta:
Hoy, antes de pedir algo en oración, añade: "Si esto está en tu voluntad".
Escribe una situación donde hayas recibido una respuesta inesperada de Dios y agradécele.
Comparte con alguien esta certeza: "Dios no es indiferente; Él ya te ama".
Frase para el día
"Padre, que cada oración mía sea un acto de confianza en tu amor, no en mis méritos."
Que esta jornada esté marcada por la seguridad de ser amado y la libertad de abandonarte en las manos del Padre.